Primer día: De Barinas a Santa María de Canagua
Luego de salir de Caracas a las 9 pm del día anterior en un bus expreso con destino a Barinas, llegamos a esta última ciudad alrededor de las 7:00 am. Allí tomamos algo para desayunar y nos encontramos con Richard Guerrero quien sería nuestro anfitríon en esta primera parte de la travesía. Además de mí, habían otras tres personas que también realizarían este recorrido. Tras encontrarnos en el terminal, Richard nos lleva a la casa de su familia en Barinas, donde nos reuniríamos con el resto de los participantes, otro venezolano y dos polacos.
El señor Mario Guerrero. Q.E.P.D |
Una vez que llegan nuestros compañeros de viajes, nos despedimos del señor Guerrero y nos vamos en un carro que ubicó Richard. Salimos de Barinas y tomamos la carretera que conduce hacia San Cristobal hasta el pueblo de Curbatí, donde cambiamos de carro y nos desviamos, para irnos por un camino de tierra que pasa por varias fincas. En este punto íbamos pasando de las tierras del llano hacia el piedemonte andino.
Tránsito del paisaje de llano hacia el piedemonte andino |
Luego de una hora y media de recorrido, aproximadamente, llegamos al caserío de Santa María de Canaguá aún en el estado Barinas, donde está la casa de Richard y que también opera como una de las mucuposadas del programa Andes Tropicales. Esta mucuposada fue una de las primeras que abrió hacia el año 1998, y desde entonces han recibido muchos visitantes nacionales y extranjeros como se puede apreciar en el libro de visitas.
Nuestro transporte hacia Santa María de Canaguá |
Delicioso almuerzo preparado por la esposa de Richard. Pabellón criollo |
Río Curbatí |
Tras esa rico baño caminamos de vuelta y conversamos un poco con Richard y su esposa, ellos nos cuentan que originalmente se dedicaban a la actividad agrícola, y lo siguen haciendo, hasta que un día llegó la gente de Andes Tropicales y les ofreció sumarse al proyecto. Tras su incorporación al programa también participaron en cursos para atención al público, así como recibieron un financiamiento para la adecuación de su casa. Desde entonces han visto mejoras en su calidad de vida y se sienten contentos de su participación en el programa. Ciertamente no reciben visitas todo el año y por ello no pueden dejar de lado su actividad agrícola. En las paredes de la casa se pueden ver los diplomas de cursos recibidos y recortes de prensa. La casa de verdad es muy acogedora y tiene un jardín que le antecede muy bello. Luego de esta amena conversa, tomamos un descanso hasta que se hizo de noche, cenamos y nos acostamos temprano.
Apoyo del Programa Andes Tropicales |
Al siguiente día, tomamos un rico desayuno con huevos revueltos, arepas y cuajada, ¡que cosa más deliciosa!, sobre todo la cuajada, fresquita y deliciosa. Los venezolanos debemos sentirnos orgullosos de nuestros quesos frescos porque fuera del país difícilmente puedes conseguir de este tipo. Volviendo al tema, alistamos nuestras cosas y observamos como preparan a las mulas y caballos que nos acompañarán en el recorrido. En mi caso particular, yo pedí tener un caballo de soporte, ya que no estaría seguro de hacer toda la ruta a pie. Uno de los compañeros, un señor de mayor edad, optó por hacer la ruta sin caballo, cargando el equipaje el mismo, sin embargo, más adelante cambiaría de opinión. Así pues, observamos como guardan nuestros bultos en unos "guacales" y los amarran a las mulas. En este punto se incorporan tres muchachos que serían nuestros guías en lo que resta del viaje.
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