Primera parte: Misión llegar al punto de encuentro, Puerto Ayacucho ¿será que llego?

El punto de partida de la excursión fue establecido en Puerto Ayacucho, capital del Estado Amazonas. De modo que cada quien tenía la responsabilidad de llegar para allá por su cuenta. Siendo que buscaba la opción más económica opté por el traslado en autobus. Igualmente, previendo que se acercaba la temporada navideña, realicé visitas a los terminales de transporte para averiguar información sobre los traslados a Puerto Ayacucho.


Terminal de la Bandera, Caracas

La ciudad de Caracas cuenta con dos terminales públicos-La Bandera y el Terminal de Oriente-. Los buses a Pto. Ayacucho salen desde el primero. En mi averiguación encontré que solamente hay una linea que hace traslados para allá y los boletos se venden el mismo día.En lo particular no es mi sitio preferido para empezar los viajes, debido a que la zona en que se encuentra es propensa a la inseguridad y por los inconvenientes que puedes encontrar, tal como paso a explicar.

Así que aquí aplica el dicho de que "al que maduga Dios lo ayuda", aunque no fue precisamente mi caso. Resulta que me llegado el día me levanto a las 4am, como algo ligero y llego al terminal a eso de las 5:30 am, hora en que se supone empieza la venta de boletos. Para sorpresa y preocupación mía ya había una larga fila en la taquilla de la única empresa que viaja, casi todos los que esperaban en fila tenían rasgos indígenas. Me imagino entonces que muchos pasarían la noche en el lugar...Ya los que esperaban tenían una lista de espera, anotada en un cartón, donde cada persona estaba identificada con la cantidad de boletos que iba a comprar, de manera que al momento que llegué ya no había disponibilidad. Aún así, guardando una esperanza, me quedo en la fila y al llegar a la taquilla presencio como la persona delante de mi compra el boleto 47 del único bus a Puerto Ayacucho. ¿Y ahora? ¿será que llego? empecé a averiguar por opciones de traslado haciendo escalas, pero implicaba una llegada más tarde lo planeado. Así pues, con la ayuda de mis compañeros de viaje que salían desde Valencia pude obtener un boleto. 

Tal como diría un GPS "recalculando". Se suponía que si salía directo desde Caracas, a las 7:30 pm, llegaría en aproximadamente 14 horas a Puerto Ayacucho, pero ahora debía programar un traslado adicional hasta Valencia, ubicado a aproximadamente 2 horas y media de Caracas. De esta manera, ya a la 1 de la tarde me encontraba de nuevo en el terminal, abordando una autobuseta con destino a Valencia. Esperaba llegar aproximadamente a las 4 de la tarde, pero eso es relativo si no consigues cola. Vale decir que el conductor iba manejando como si "llevara ganado" y hasta lo detuvieron un momento por ello. Llegamos rápidamente a La Victoria, pero nos tocó aguardar un buen rato en fila, porque más adelante hubo un choque. Para mi tranquilidad aún tenía cierta holgura. Pasamos la fila, pasamos relativamente rapido por Maracay, pasamos el tunel de la Cabrera y cada vez más cerca de nuestro destinom hasta que, adivinen, otra cola más, pero ya una tradicional que se forma a esas horas... Siendo que la autopista Regional del Centro atraviesa ciudades importantes ha venido perdiendo su condición de vía expresa, para convertirse en una especie de intercomunial. Afortunadamente, el chofer tomó un atajo y llegamos rápidamente al Terminal Big Low Center que sirve a la ciudad de Valencia. ¿Cuando será el día que las ciudades cuenten con unos terminales dignos a su jerarquía, ordenados, limpios y por que no, visualmente agradables? eso es harina de otro costal, pero tambíen forma parte de esa realidad que resta puntos a la disposición de servicios de calidad para la actividad turística. 

Son las 5:30 pm cuando llegamos a Valencia y nos encontramos con el resto del grupo, y nos dirigimos a buscar el bus para Puerto Ayacucho. "Tuvieron suerte de tener uno con aire acondicionado" nos dice, y bueno, subimos con nuestros macundales y esperamos a nuestra partida, a un poco más de las 6:00 de la tarde. Por lo general, yo no suelo dormir en los viajes de noche, por ese temor a que nos pase algo, pero de igual manera nos encomendamos a Dios... y a las manos del chofer. Desde Valencia, se conecta con la carretera de los llanos en La Encrucijada (troncal 2) y de allí es un sólo viaje hasta Puerto Ayacucho. Solamente hicimos una parada a la altura de Los Dos Caminos, Edo. Guárico, donde hay servicio de sanitario y están instalados unos puestos ambulantes de comida, en virtud de que los locales no están abiertos a la hora que pasa el bus. Aguanté la tentación de comer una arepa  y preferí comer algo dulce preempacado, ya sabes cuidando el estomaguito. 

Amaneciendo vía Puerto Ayacucho
En el amanecer del siguiente día ya nos econtrabamos en la ribera del Río Orinoco, prestos a cruzarlo a traves de unas embarcaciones especiales que prestan el servicio para los carros en virtud que en ese punto no existe un puente que cruce. Un poco arcaico pero a la vez emocionante, porque sería la primera vez que cruzaba un río de esta manera, y no es cualquier río, es el RÍO ORINOCO, el más importante de Venezuela. Una vez en el terminal de Puerto Ayacucho tomamos algo de desayuno y averiguamos por los pasajes de retorno. Al igual que en Caracas, hay que comprar los boletos el mismo dia que viajas, y en persona, así que no pudimos arreglar nada al respecto, por lo que suponíamos que teníamos que quedarnos un día adicional de lo planificado. 

En este punto conocemos a Tito, quien a partir de ese momento sería nuestro guía de viaje. Tito pertenece a la etnia indígena de los piaroa, habitantes de esta zona y junto con algunos miembros de su familia prepara excursiones para diferentes partes del estado Amazonas. Esto es un aspecto interesante porque constituye una alternativa de sustento para las comunidades de la zona, al ser operado por ellos mismos. Seguidamente buscamos al resto de los  intergantes de la excursión, para un total de 11 personas provenientes de Caracas, Valencia y Maracay. 

Hasta aquí pues termina esta primera parte de la historia, como se dieron cuenta ya es una mini aventura. En la segunda parte ya hablaremos sobre lo que vinimos a conocer: El Cerro Autana, el arbol de la vida.

Síguenos en la segunda parte

William
Diciembre 2013

Volver a Introducción