Excursión al Cerro Santa Ana. Primera Parte

La emoción para viajar y conocer un nuevo destino no faltan. Sin embargo en las condiciones actuales del país, si ese viaje depende del transporte público, es necesario tomar algunas precauciones para que se realice sin inconvenientes. Por lo general suelo acudir unos días antes al terminal de pasajeros (La Bandera) para averiguar las rutas, horarios y valor del pasaje. Si bien ya he ido al estado Falcón en anteriores oportunidades, es preferible verificar si han habido cambios, sobre todo en lo que respecto al valor del pasaje. Efectivamente pude averiguar que se mantenía una ruta que salía a Coro (capital del estado Falcón, desde las 6 de la mañana) y que el valor del pasaje se cotizaba en aproximadamente Bs. 350.000,00 o 5 dolares para el tipo de cambio de la fecha (última semana de febrero). El tema del valor del pasaje es importante manejarlo porque aún en estos días el pago de las rutas cortas se realiza en efectivo, en cual no es fácil de conseguir y se puede sustituir por su valor equivalente en dolares. 

La excursión sería un día sabado, pero dado que la misma iniciaría muy temprano y la distancia de Caracas a Coro es de 8 horas, era conveniente llegar a Falcón un día antes para llegar con calma, pernoctar y así poder salir lo más temprano posible. Así es que acudimos el día viernes a primera hora al terminal con nuestro equipaje y nos montamos en la primera unidad que saldría ese día, la cual tardó como una hora en terminar de cargar. Ya había coordinado con una compañera de ruta que también vivía en Caracas para ir juntos. A las 8 de la mañana aproximadamente estabamos saliendo del terminal rumbo a Falcón. 

La vía a Falcón pasa por la ciudad de Maracay, a través de la autopista regional del centro. Antes de llegar a Valencia, el autobus toma el desvío a la autopista hacia Puerto Cabello, y una vez en Puerto Cabello toma a mano izquierda y sigue por la vía de la costa. Hay una parte muy bella de esta vía en la que la vista al mar confluye con la vista de hileras de cocoteros que dan un aspecto único a ese recorrido. También por esa vía se pasa por las instalaciones de la industria petrolera y petroquímica del país. Cerca de Tucacas, el recorrido se desvía de la linea costera para pasar por una serie de pueblos bordeando los límites del Parque Nacional Morrocoy. Posteriormente la carretera vuelve a la cercanía de la costa en las adyacencias de Puerto Cumarebo. El ambiente árido que caracteriza a esta parte del estado se hace más notoria, mientras nos acercamos a la Vela y finalmente a Coro, hasta el terminal



Una vez en Coro nos dirigimos al hotel donde pasaríamos la noche, que estratégicamente fue seleccionado cerca del terminal de manera que podíamos ir caminando como unas tres cuadras. En esta ocasión nos hospedamos en el Hotel De Luigi, un hotel de tradición en la ciudad, ubicado en el sector de los Tres Platos, una intersección de avenidas principales (Independencia con la carretera a de los Medanos), lo que cual ratifica su posición estratégica (justo al lado hay una estación de servicio de gasolina). Mientras esperamos que llegaba el resto de los compañeros nos fuimos a caminar al centro histórico de la ciudad, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Desde el hotel son como seis cuadras caminando, hasta llegar al Arco de la Federación, que marca el ingreso a la parte histórica. 



Una vez ingresada a la parte histórica se nota la presencia de construcciones antiguas, algunas en mejor estado que otras. Destaca particularmente la Iglesia de San Francisco, con su color amarillo que resalta con la luz del sol. Allí nos tomamos algunas fotografías y pasamos a un centro cultural donde hay talleres y venta de artesanías. Entramos a otro museo y luego seguimos hacia la Plaza Bolívar, en la que también se impone la catedral con su color blanquecino y más adelante la casa de la Cien Ventanas, en la cual tuvimos que pararnos un instante para contar si de verdad tiene tal cantidad de ventanas. Más adelante llegamos al Museo de Alberto Henríquez, en la que existe una representación de la cultura sefardí en Venezuela. Recordemos que en esta parte del país tuvo una importante población judía entre tierra firme y las islas, cuya herencia se refleja en los apellidos de algunas familias de la región, así como sus aportes culturales, arquitectónicos, etc. Particularmente es llamativo un espacio donde se encuetra un antiguo baño (Mikve), que fuera hallado recientemente y fuera puesto a la exibición al público. 







De vuelta al hotel esperamos que llegara el resto de compañeros que venían desde Valencia en su mayoría y nos distribuimos en las habitaciones. En mi caso, me ubiqué con otros dos compañeros en una habitacion triple, que para la fecha costó Bs. 717.500 la noche o aproximadamente 10 dolares.  Arreglado el tema del alojamiento nos dispusimos a caminar otro rato para buscar algo de comer. En esta oportunidad nos dirigimos caminando hacia el lado opuesto, vía este, hasta llegar a una esquina donde hay un local -el Jampy del sabor- que vende "Tequeyoyos", una especie de tequeño cuyo relleno tiene platano y queso. Se observa que es un local asiduo por la cantidad de gente que realizaba pedidos en el momento que estuvimos, de hecho apenas pudimos probarlos porque estaban vendiendo los últimos tequeyoyos. Cerca de allí había un puesto de hamburguesas y perros calientes que ofrecían unos platos bien resueltos a precios asequibles. 




Después del tour gastronómico nos encontramos con el familiar de la compañera con la que vine desde Caracas y estuvimos dando un breve city tour, recorriendo las principales avenidas de la ciudad. Vale decir que al ser de noche la temperatura era más que agradable y las calles que pasamos estaban bien iluminadas, particularmente cerca de las plazas. Hicimos una parada en la Plaza del Monumento de las Madres, en donde se encuentra un acceso al Parque Nacional de los Médanos de Coro. La iluminación en este espacio si no era tan buena como en las avenidas que pasamos. Alrededor de la plaza hay unos kioscos de venta de comida, en uno de los cuales aprovechamos para tomar una deliciosa cocada (cuando vayan buscan el quiosco que está más cercano al letrero del parque). Por la hora y quizás el día había muy poca gente en el lugar. De allí volvimos seguimos la vía de retorno, y pude notar que la presencia de algunas nuevas construcciones, como un hotel cinco estrellas y un hipermercado que aún estaba abierto para la hora (cerca de las 8 pm). Finalmente llegamos al hotel para descansar para la salida del siguiente día. 



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